lunes, 16 de julio de 2012

Alguna vez en una charla de excelencia en docencia, nos hicieron dos preguntas, ¿qué entendíamos como clase magistral?, a lo que todos referimos palabras como aburrida, tradicional y otras similares definición que debimos corregir por: " que por su perfección y exactitud sirve de término de comparación para los ordinarios de su especie." y ¿cómo sabemos que hemos impartido una clase magistral?, hubo importantes respuestas, que en un intento vago por recordarlas y resumirlas en una sola podría ser como: "Cuando he llevado al aula grandes e interactivos recursos, de tal forma que la clase salio como la soñé." aunque parecía no ser la mejor respuesta, fue cuando una tímida respuesta de uno de los asistentes aclaro nuestras mentes "Es cuando mis estudiantes cambian de clase o salen a descanso o llegan a casa y no pueden dejar de hablar de la clase que tuvieron conmigo" Definitivamente si queremos calidad en el aprendizaje de nuestros estudiantes debemos cambiar nuestra mirada de nosotros y lo que hacemos y volverla a ellos a lo que necesitan.